Con una ceremonia encabezada por el Presidente de la República, Gabriel Boric, y que reunió a ministros, autoridades regionales, gremios, dirigentes comunitarios y ejecutivos de Aleatica, el Gran Concepción estrenó este martes el Puente Industrial: el viaducto más largo de Chile y cuarto en cruzar el Biobío, una obra que estuvo en los planes de la región por más de cuatro décadas.
Con 2,5 kilómetros de extensión sobre el Biobío y 6,4 kilómetros en total, el puente incrementa en un 33% la capacidad de cruce del río y permitirá reducir hasta un 20% los tiempos de traslado, junto a la puesta en marcha de otras soluciones viales. La obra, incluida en el Plan Regulador Metropolitano desde 1979 y adjudicada en 2014, incorpora aisladores sísmicos de núcleo de plomo, 392 vigas pretensadas y 240 pilotes, con estándares internacionales que le valieron la certificación iRAP de 3 estrellas en seguridad vial —un programa internacional que evalúa la seguridad de las carreteras y su capacidad para reducir riesgos de accidentes—, inédita en Chile.
Juan Facuse, gerente general de Aleatica en Chile, destacó que “el Puente Industrial es mucho más que el viaducto más extenso de Chile: es un símbolo de lo que podemos lograr cuando la región y el país trabajan juntos. Durante años este proyecto estuvo en los planes, y hoy es una realidad construida con manos y materiales del Biobío. Esta infraestructura marcará un antes y un después en la movilidad, la seguridad y la integración del Gran Concepción. Haber liderado junto a cientos de trabajadores locales la construcción de un puente que quedará en la historia del país es un orgullo inmenso y también una responsabilidad: la de seguir aportando al desarrollo sostenible de Chile con obras que transforman la vida de las personas”.
El proyecto, cuya construcción estuvo a cargo de Grupo FCC, se desarrolló con un fuerte arraigo regional: 98% de los trabajadores provino del Biobío y más del 80% de los insumos fueron adquiridos a proveedores locales, movilizando cerca de 20.000 toneladas de acero y materiales de la zona.
Cabe mencionar que, durante su construcción, se implementaron medidas ambientales y de vinculación comunitaria, que incluyeron programas educativos, voluntariado, acuerdos con sectores productivos locales y acciones de conservación de la biodiversidad. Esto, con el objetivo de que el Puente Industrial no solo mejore la conectividad, sino que también aporte valor duradero a las comunidades y al entorno del Biobío.
Por su parte, David Díaz, CEO Global de Aleatica, expresó que “esta obra es el resultado de una apuesta decidida por Chile, un país donde es posible transformar inversión en desarrollo concreto para las comunidades. En Aleatica invertimos pensando en la movilidad del futuro, junto a socios locales, con seguridad, sostenibilidad y tecnología, para dejar una huella positiva y duradera en la región y en el país”.
El Puente Industrial también abre paso a una nueva forma de movilidad en el Biobío. Integra una ciclovía multipropósito de 7,7 kilómetros, iluminada, bidireccional y conectada a la red intercomunal, junto con miradores urbanos en ambos extremos. En paralelo, incorpora un sistema ITS (Intelligent Transport System) para monitorear el tránsito y responder en tiempo real a emergencias, consolidándose como una obra pionera en innovación tecnológica.
El tránsito por el puente operará mediante telepeaje Free Flow, utilizando TAG interoperable en cualquier ruta concesionada del país. Durante septiembre y octubre se implementará una etapa sin cobro para habituar a los conductores, mientras que a partir de noviembre se activarán las tarifas.
La puesta en marcha del Puente Industrial no solo aporta a resolver un déficit de conectividad arrastrado por décadas en el Biobío, sino que también sienta un precedente para la forma en que Chile planifica sus infraestructuras urbanas. Una obra esperada desde 1979 que hoy materializa la posibilidad de moverse de manera más rápida, segura y sustentable en el Gran Concepción.